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Un simple acto de amor crea una espiral sin fin




Así leía una de esas reflexiones que la mañana después de las elecciones me llegó con la avalancha de noticias y memes sobre los políticos que ganaron las mismas. La frase completa del mensaje era “un simple acto de amor crea un espiral sin fin que regresa a ti”. En ese mensaje me detuve, mientras me preguntaba cómo se podría detener esta espiral de egoísmo y ambición que tiene al mundo lleno de desespero, miedo y violencia. Espiral que cada día genera mayor empobrecimiento y que nos sigue haciendo tomar decisiones -a los que aún desconocemos el poder que tenemos- no por conciencia, sino por miedo.


La noche de las elecciones estuve hasta tarde pegada de los medios de comunicación y redes sociales buscando leer el mensaje que los votantes aquí y en los Estados Unidos estaban mandando con sus votos. Cosa nada fácil de entender a menos que se lea desde la espiral de terror en la que hemos caído como personas y sociedad ante los tentáculos que la injusticia ha echado. La pauta que reina en el mundo poco tiene que ver con el amor, más bien tiene todo que ver con el egoísmo y la ambición que se ha encarnado en los sistemas económicos y estructuras gubernamentales. Egoísmo y ambición que solo busca el lucro de unos pocos, pero mantiene la esperanza en los otros de que serán beneficiados por esos a quien solo les importa su propio lucro, su propio ego.


Después de pasar el shock del primer momento en que supimos los resultados, sostuve conversaciones con algunos amigos inmigrantes. Decidí desviar mi atención de la jauría de la prensa local e internacional y poner mi mirada en aquellos a quienes la espiral ha marginado en la ilegalidad y ahora de manera descarada los condena a la persecución y al odio legalizado. Ese día acompañé y escuché palabras de gran tristeza y preocupación de seres que me han dado profundas lecciones de vida. Historias de hermanos de México, Salvador, Guatemala, Honduras que son parte de la mía. Historias marcadas por el viaje a través del desierto, la migra, la bestia y todos esos abusos con la sola búsqueda de trabajar dignamente para alimentar a sus familias, ante la gran pobreza que existe en sus países.


“Si de por sí la vida acá ha sido una lucha constante por defender nuestros derechos, ahora no sé cómo irá a ser, con el sentimiento racista en su máximo nivel” me decía alguien cuyas palabras reflejaban profunda angustia. “Pero tengo esperanza, mucha esperanza”. La angustia y la esperanza, dos opuestos que he visto una y otra vez en mis amigos inmigrantes que estoy segura les servirá de fuerza para afrontar la nueva prueba que este mundo desigual les pone y nos pone a todos de frente. Combatir los paradigmas racistas, sexistas, misogénicos y xenofóbicos que no solo atentarán contra mis amigos inmigrantes sino contra todos los que creemos en la igualdad y el trato digno al que toda persona tiene derecho.


Yo deseo estar cerca de ellos -de mis amigos inmigrantes- hoy más que nunca, porque son mis hermanos. Porque son personas trabajadoras, de fe, con valores que han confrontado los míos. Toca que todos aquellos que apostamos al amor seamos más solidarios que nunca. Toca seguir creando actos de amor cada día, a cada hora, por pequeños que sean. Actos de amor que revolucionen las conciencias y se vuelvan espiral sin fin que nos ayude a seguir creando el mundo donde todos tengamos una vida digna.

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Entradas Recientes   
Testimonios             

"He participado en dos talleres del IDHP y encuentro que son herramientas muy poderosas para el crecimiento y maduración afectiva y espiritual. He podido manejar mi coraje y mi autoestima de una manera sorprendente. A pesar de haber hecho retiros y talleres nunca he experimentado algo tan productivo en mi vida."

 

Robert B Medina Radesco

"Quiero agradecerles  por ser

tan amables y por esa bella labor que  realizan ayudando al prójimo a ser una mejor persona, a quererse a sí mismo , a buscar la felicidad y sobre todo a tener esa fe en nuestro Creador para podernos ayudar y aportar ese granito de arena llevando amor a los corazones heridos para que puedan transmitir amor, paz , y fe a toda la humanidad para hacer un mundo mejor. 🌞 este es el logo de mi niña así me vi con una cara sonriente e inocente, el sol significa vida y sus destellos de luz son los que iluminarán mi vida y no me dejarán caer en la oscuridad."

Ida Rodríguez 

Adjuntas, Puerto Rico 

"El pasado mes de marzo de 2016, participé en el Taller de Crecimiento Personal. En aquel momento estaba enfrentando una triple pérdida: salud, trabajo y pareja. Sin embargo, darme la oportunidad de esta experiencia me permitió identificar todas aquellas marcas del pasado, la mayoría muy dolorosas, que no me permitían ver con claridad lo valiosa que soy. La forma en que me percibía, mi manera de ver la vida y de enfrentar sus retos cambió significativamente. Hoy soy una mujer feliz y de una fe renovada que disfruta y vive su presente con gran valentía, serenidad y optimismo”.

Oneliss Rolón Nieves 

Participante Puerto Rico 

"Mi experiencia después del taller ha sido  volver a constituir la fe dentro y fuera de mí con la mente, el corazón y el espíritu.  Entender que a pesar de cualquier problema grande o pequeño, de experiencias que nos quitan la esperanza y las fuerzas, la fuerza más grande es el amor, no solo el amor que se sueña sino el que se puede contagiar, compartir y dar sin pedir nada a cambio.

 

 Y por último, el hecho de poder compartir con la gente especial que transmite y aporta tanto material en tan poco tiempo, me dejó una huella donde cuanto más tomo conciencia más me doy cuenta del trabajo incansable que es llevar paz y ser humano.

 

 Gracias por siempre, gracias por haber elegido ese camino, porque sin tal vez comprenderlo, afectan en buen sentido el camino de muchas personas, en este caso el mío y  las personas que están dentro de  él”.

Dario Agustin Ronconi 

Orlando, Florida 

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