¿Ya tienes tu acompañante ?
Lourdes M. Ortiz M.T.S
Directora
IDHP
Acompañar y ser acompañados. Así llamo a lo que considero un fuerte antídoto para ayudarnos a desarrollar fortalezas para lograr aquello que nos propongamos y afrontar las nuevas realidades de este país donde seguiremos atravesando grandes retos.
Estoy convencida que para mantener el equilibrio emocional que nos requerirá echar adelante este país necesitamos acompañamiento. Contar con personas que empáticamente caminen a nuestro lado, nos escuchen, y con su presencia nos ayuden a conectar con nuestra propia sabiduría.
Acompañar no es otra cosa que brindar de nuestro tiempo y atención para estar con la otra persona desde su propia referencia ante lo que esté viviendo. Suelo recomendar en nuestros talleres el que podamos contar con recursos profesionales que nos ayuden terapéuticamente en la solución de conflictos emocionales. También existen excelentes recursos que acompañan a nivel espiritual.
Pero en medio de estos tiempos convulsionados en que vivimos, es saludable contar con la presencia de personas (al menos una) con quien poder tener encuentros donde seamos escuchados y acogidos. Desde hace un tiempo vengo promoviendo espacios donde se practique la escucha atenta. Una herramienta de gran ayuda para canalizar y descubrir respuestas ante los eventos que vamos viviendo.
La práctica de la escucha atenta es un movimiento que se está llevando a nivel mundial que busca que logremos entrenarnos para aprender a escuchar de modo nuevo y acompañar con nuestra sola presencia. Escuchar con atención significa escuchar sin juzgar, sin interrumpir, sin aconsejar.
Escuchar con atención significa abrir el corazón para ponerse al lado del otro buscando entenderle, conectando con la otra persona desde la mirada, permitiendo que el otro exprese lo que siente y vive sin pretender guiarle o cambiarle.
Se ha descubierto que quienes son escuchados de modo atento, logran escucharse a sí mismos y descubrir sus propias respuestas, es decir, su sabiduría interior. Ser escuchados con comprensión nos permite aceptarnos con nuestras debilidades y acogernos en la medida que otro nos acoge.
Ser escuchados y escuchar es un regalo, resulta una práctica sanadora para ambas partes pues quien regala su escucha recibe de modo misterioso respuestas que le ayudan en sus propios procesos.
Lo hemos visto claramente en los espacios de trabajo con las comunidades y grupos durante este tiempo post María. En la medida que las personas dejan salir su empatía y transmiten el amor solidario regalando su presencia acompañante, compasiva y comprensiva se convierten en canal de ayuda para el otro. No es complicado y ofrece fuerzas a quien escucha y a quien tiene el espacio de ser escuchado. Esta práctica ha demostrado ser efectiva aún entre personas desconocidas.
¿Ya seleccionaste tu acompañante para este año de acompañar y ser acompañados? Puede ser alguien con quien te pongas de acuerdo para que practiquen juntos la escucha comprensiva cada dos meses o con mayor frecuencia. El tema a dialogar lo establece la persona que desea ser escuchada. La persona que escucha solo hace silencio y con la mirada acompaña, puede hacer peguntas pero no debe interrumpir al que está dialogando. La persona que habla si lo desea puede pedir al otro su opinión, si no, no es necesario, pues la ganancia está en ser escuchados. Pueden finalizar con algún gesto de agradecimiento por el espacio.
Que disfrutes la experiencia de aacompañar y ser acompañado!
La autora es Trabajadora Social y dirige el Instituto para el Desarrollo Humano a Plenitud, empresa social de los Centros Sor Isolina Ferré, donde se ofrecen talleres y acompañamiento dirigidos al crecimiento personal.
lortiz@csifpr.org